Mientras el mundo pasa por alto una bomba de relojería, el movimiento global contra la deuda cobra impulso

Fecha de Publicación: 
Lunes, 8 Abril 2024

Autoría: Carolina Tamagnini (Fundeps); Salma Hussein (miebra individua de la Red-DESC); John Mwebe (International Accountability Project;) Collins Liko (Red-DESC

¿Cómo darán forma las abrumadoras cargas de deuda a las conversaciones durante las próximas Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)? Programadas del 15 al 21 de abril de 2024 en Washington DC, estas reuniones convocarán, como de costumbre, a gobiernos, prestamistas multilaterales, bilaterales y privados, y otras instituciones para deliberar sobre los desafíos que enfrenta la arquitectura financiera global y discutir posibles soluciones. Esta reunión también presenta una ocasión para que el movimiento global que aboga por la cancelación de la deuda siga elevando nuestras demandas de justicia de la deuda, especialmente para los países del Sur Global.


Activistas llamando a la Cancelación de Deuda durante la Semana Global de Acción por la Justicia y la Cancelación de Deuda 2023. Foto de @Asian People's Movement on Debt and Development (APMDD).

El Impacto Global de la Deuda

El Impacto Global de la Deuda Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), alrededor de 3.3 mil millones de personas, casi la mitad de la humanidad, ahora viven en países donde los gastos en intereses de la deuda superan las asignaciones para educación, salud y seguridad social. Además de verse obligados a agotar fondos para servicios públicos esenciales, las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) han impuesto reformas políticas en estos mismos países que recortan aún más el gasto público, eliminan protecciones laborales y derechos de los trabajadores, aumentan impuestos, privatizan servicios y bienes esenciales, entre otras medidas de austeridad que afectan desproporcionadamente a comunidades marginalizadas. La austeridad y la privatización afectan especialmente a las mujeres, reduciendo el acceso a servicios vitales y aumentando el trabajo no remunerado de cuidado, empujando a muchas personas hacia la deuda personal. Además, la deuda soberana ha negado al Sur Global los recursos tan necesarios para abordar los derechos humanos y los impactos dañinos de la crisis climática y económica, ya que los recursos disponibles se han priorizado para el servicio y pago de la deuda.

Quién está detrás de la Carga de Deuda del Sur Global

¡Aquí radica el verdadero dilema! La actual crisis de deuda soberana es creación de los países del Norte Global. A medida que las tasas de interés se reducían durante la última década, las instituciones financieras alentaron a los países a endeudarse. Esto condujo a un escenario en el que los inversores se beneficiaban de tasas más altas ofrecidas a países más empobrecidos. Sin embargo, cuando la inflación golpeó a los países ricos, las tasas de interés aumentaron, lo que posteriormente cargó a los países endeudados con mayores obligaciones de deuda. Estos países altamente endeudados, que ya enfrentaban las repercusiones de la COVID-19, el aumento de los costos de alimentos y energía, y la desaceleración económica, se vieron obligados a desviar el gasto público, especialmente recortando salarios y gastos sociales, para priorizar los pagos de deuda.

Las ramificaciones de este predicamento son evidentes, con la mayoría de la población experimentando un declive en el bienestar. Lo que es menos evidente son los beneficiarios de tales circunstancias: bancos de inversión, instituciones financieras y personas adineradas que actúan como los principales prestamistas a los gobiernos. A lo largo de todo esto, el FMI, a menudo considerado como el eje de este sistema financiero, ha defendido consistentemente los intereses de estos beneficiarios, aunque a expensas de cientos de millones en todo el mundo. Esto ejemplifica lo que denominamos "injusticia de la deuda".

La Crisis Global de Deuda se Profundiza: Llamados a una Reforma Urgente

A lo largo de 2023 y 2024, numerosos países enfrentaron cargas de deuda abrumadoras. Los niveles de deuda son particularmente altos en estas economías de ingresos medios bajos, incluyendo a Egipto con un 92 por ciento del PIB, Angola con un 84.9 por ciento y Kenia con un 70.2 por ciento. La UNCTAD alertó sobre una crisis de deuda sistémica que se vislumbra en el horizonte y llamó a una reforma urgente de la arquitectura global de la deuda. Este punto fue enfatizado aún más por movimientos sociales, grupos feministas, organizaciones de la sociedad civil, pueblos indígenas y comunidades resistentes durante una "Contracumbre" creada como un espacio alternativo para discutir la reorganización urgentemente necesaria de la arquitectura financiera global. La Red-DESC, Eurodad, Debt Justice fueron algunas de las redes globales que participaron en la contracumbre para amplificar los llamados a centrar los derechos humanos y poner fin a las condiciones injustas impuestas por el FMI y el Banco Mundial.


Activistas durante la marcha por la justicia de la deuda organizada por la Contracumbre de Movimientos Sociales, Marrakech, Marruecos 2023.

Diseñando Soluciones para la Justicia de la Deuda en las Reuniones de Primavera

Las próximas Reuniones de Primavera en abril de 2024 deberían proporcionar una oportunidad catalizadora y estratégica no solo para profundizar en el análisis de los diversos componentes de la arquitectura financiera global en medio de las policrisis de deuda, climáticas y económicas, sino también para establecer mecanismos de seguimiento para encontrar soluciones. Los grupos de la sociedad civil jugarán un papel crucial al traer voces y preocupaciones alternativas de comunidades y personas afectadas por la deuda injusta e ilegítima.

En general, las IFIs insisten en la efectividad y relevancia de las políticas existentes, respaldadas por sus propios datos, mientras descartan propuestas externas que buscan enfrentar el capitalismo neoliberal, la financiarización y las políticas y estructuras económicas empobrecedoras. En la teoría, parece haber un acuerdo en garantizar los derechos humanos, sin embargo, esto a menudo se queda corto en la práctica, debido a la falta de recepción de las IFIs a cualquier crítica. Existe una premisa arraigada de que los derechos humanos son un ideal difícil de cumplir en lugar de una obligación legal. Sin embargo, la crisis de la deuda ha llevado a la precariedad, y el contexto nos obliga a construir un movimiento político contra las deudas insostenibles e ilegítimas y las condicionalidades abusivas que continúan siendo perjudiciales para los derechos fundamentales y la vida de las personas. También nos obliga a reflexionar sobre cómo esto favorece el crecimiento de narrativas y prácticas antidemocráticas.

En la actualidad, estamos presenciando esfuerzos por sostener un marco desactualizado diseñado para mantener el poder colonial en un mundo que ha cambiado significativamente desde el final de la era colonial. Nos preocupa que las narrativas y propuestas históricas y neoliberales de estas instituciones no hayan cambiado mucho desde los Acuerdos de Bretton Woods, y que hayan continuado promoviendo el capitalismo financiero, lo que ha llevado a países altamente endeudados. Por ejemplo, el Fondo de Pérdidas y Daños - el nuevo mecanismo de financiamiento para ayudar a los países a enfrentar los impactos del cambio climático - estará alojado dentro del Banco Mundial y planteará los mismos problemas que otros fondos basados en préstamos, empujando a países que han contribuido menos a la crisis climática hacia deudas insostenibles. 


Los países vulnerables al clima gastan más dinero en cumplir con sus obligaciones de pago de deuda que en medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. En la foto, defensores y activistas de los derechos humanos ambientales sostienen carteles que dicen "Hacer que los contaminadores paguen" en la COP28.

Este año, el creciente movimiento global contra la deuda está llamando al FMI, las IFIs y otros actores financieros a considerar seriamente las propuestas de voces que se oponen al capitalismo y al neoliberalismo y que buscan el reconocimiento de los derechos humanos en la planificación y financiamiento del desarrollo. ¿Cuál es el límite para la imposición de políticas económicas neoliberales para los países que enfrentan cargas insostenibles de deuda soberana?

Se ha vuelto evidente que, bajo la hegemonía neoliberal de este capitalismo financiero impulsado por actores privados poderosos en naciones ricas, la deuda se ha convertido en una herramienta cada vez más poderosa del imperialismo económico, remodelando las políticas económicas y facilitando la disposición continua en beneficio de estrechos intereses privados.

No obstante, las sociedades están cambiando: los movimientos sociales están más empoderados, las normas patriarcales que subyacen a nuestra sociedad -reflejadas en la invisibilización y distribución injusta del trabajo de cuidado- están cada vez más expuestas, y ahora hay una abrumadora evidencia de las responsabilidades de las economías industrializadas y los actores corporativos en causar el cambio climático actual. Es urgente presentar soluciones para avanzar en la justicia de la deuda, como lo están demandando muchas voces de la sociedad civil. Los desafíos son muchos, son complejos e implican mucha articulación política. Sin embargo, no hay sostenibilidad de la vida posible bajo las políticas neoliberales de austeridad, empobrecimiento y extractivismo. Debemos seguir construyendo narrativas colectivas hacia alternativas existentes que centren a las personas y al planeta, movilizando y apoyando a las comunidades para que continúen su lucha por sus derechos.